Sobre mi
La primera vez que mis padres me apuntaron a clases de natación solo tenía 3 años. Quizá por eso, cuando decidí dar el salto al mundo de la programación, supe que tarde o temprano me sentiría como pez en el agua. Y es que, con esfuerzo, voluntad y capacidad de adaptación, siempre he conseguido mis metas. Gracias a todo lo que he aprendido en Adalab ¡estoy preparada para sumergirme en las aguas de la programación frontend! ¿Me acompañas en este viaje?